Observando desde lejos...

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miércoles, 2 de septiembre de 2009

OTRA VEZ CON EL TEMA CELTAS


Fiestas Celtas

Los celtas, como todos los pueblos antiguos, acompañaron los ritmos estacionales con las exuberancias de la fiesta. En su cuatro fiestas, la de Samhain, Beltayne, Ymbolc, y Lugnasad, el hombre celta se abría a los poderes de la fertilidad, la purificación, el contacto con el mundo invisible de los muertos y la veneración del dios Lug.


El calendario druida estaba basado en las fases de la luna, por lo que cada mes contaba con una mitad positiva, luminosa y ascendiente, que correspondía a la luna en cuarto creciente y llena, mientras que la mitad oscura, decadente y negativa se correspondía con las fases de luna menguante y nueva; de la misma forma, durante el período brillante se llevaban a cabo los conjuros y hechizos de magia blanca, mientras que las ceremonias secretas de magia negra tenían lugar en las fases oscuras.


Cada uno de los meses del año, 12 en total, tenía asignada una letra del alfabeto Ogham, y estaba consagrado a un árbol o planta determinada, a la cual se veneraba durante este lapso. También conocían la duración y división del año solar, es decir el tiempo que tarda la tierra en recorrer su órbita alrededor del sol, y lo aplicaban para recomendar a su pueblo las fechas para la siembra y la cosecha de los distintos productos agrícolas.Para compensar la diferencia entre el año solar y el lunar, los druidas establecieron la inserción entre abril y mayo de un mes extra de 30 noches cada tres años (el registro del tiempo se llevaba en función de las noches, y no de los días).


Al igual que meses, los años también contaban con una mitad oscura y una brillante; la primera de ellas comenzaba inmediatamente después de la última noche del año, el primero de noviembre, con la fiesta de Samhain (Samhuyn), de la que proviene la actual festividad de Halloween. Samhain fue originariamente una festividad de los muertos, celebrada durante la última noche del año druídico, es decir, la del 31 de octubre, precedente al Día de Todos los Santos.


Hasta épocas relativamente recientes, en muchas partes de Europa existía la creencia -probablemente originada en esta festividad celta- de que en la noche de Samhain, las brujas y hechiceros efectuaban sus peores conjuros, y se encendían grandes fuegos para mantener lejos de los hogares a los espíritus malévolos.

Es la festividad opuesta a la de Beltayne, ya que en ella se escenifica el encierro del ganado para el invierno, y se encienden simbólicamente los fuegos del hogar.


Posteriormente, a partir del siglo XVll, el cristianismo fue incorporando aportes propios, y la fiesta de Halloween se transformó en un festejo infantil, en el que los niños recorren las casas vecinas, disfrazados de duendes, a solicitar golosinas.

1 comentario:

Yoni Bigud dijo...

Me gustan los Celtas. Tienen muchas cosas (como estas) muy interesantes.

Un saludo.