Observando desde lejos...

Observando desde lejos...

domingo, 19 de enero de 2014

TANGO, CÓMO TE QUIERO...

Tango, mi gato hermoso...


martes, 11 de junio de 2013

LA MAGIA, CUANDO NO PODEMOS CREER LO QUE ESTAMOS VIENDO

FABULOSA PAREJA DE ILUSIONISTAS

GENIAL!!!!! PARA REIRSE UN BUEN RATO CON ESTE PÍCARO PERSONAJE

EL BAILE DEL GUSANITO!!!!!

IMPRESIONANTE EXPRESIVIDAD EN ESTA ESCENA TAN LOGRADA, PARA ASOMBRARSE Y REIR

ME ENCANTA ESTA PAREJA DE COMEDIANTES!

GANGNAM STYLE - JAYESSLEE

ME ENCANTA ESTA VERSIÓN DE UN TEMA MUSICAL QUE HIZO FUROR POR SU ENERGÍA.- GANGNAM STYLE - JAYESSLEE (Gemelas que son famosas por sus tranquilas versiones de éxitos que estuvieron en lo más alto de los rankings)

sábado, 8 de junio de 2013

FELIX CANE MISS POLE DANCE WORLD 2010




Sencillamente maravillosa, Félix Cane.

miércoles, 15 de mayo de 2013

MI CUENTO DE HOY: DESPEDIDA

La puerta del cuarto de mi madre está entreabierta, y alcanzo a ver su brazo izquierdo levantado, clara señal de que se está arreglando el cabello. Le encanta trenzarse el pelo, prolijamente, tomándose todo el tiempo del mundo. De manera que entro directamente, sin golpear la puerta. La saludo con un beso en la frente y la tibieza de su piel me indica que no tiene fiebre, y que seguramente debe haber pasado una noche de completa placidez. Me mira desde el gran espejo biselado de su tocador. Mientras hablamos de trivialidades paseo mi vista por los objetos que atesora sobre el mármol rosado de la cómoda Chippendale. Perfumeros, polveras y cepillos nacarados. Espejos de varios tamaños, peines labrados, de carey y madera perfumada. Peinetas con perlas y piedras incrustadas. La bata de seda que la cubre produce un típico rumor por los movimientos de sus brazos al peinarse. No se puede negar que mi madre tiene estilo, detalle que observo desde mis más lejanos recuerdos de niña. Siempre me pareció que mi madre parecía una estrella de cine como las de las películas en blanco y negro que íbamos a ver, algunas veces, toda la familia, al cine del barrio. Finalmente, termina de trenzar su largo cabello y lo sujeta con una cinta de raso azul. Me mira sin darse vuelta y le sonrío por el espejo. Le alcanzo un pequeño cofre de plata donde guarda los aros de su preferencia, ella toma un par y se los coloca. Las finas piedras destellan bajo las luces de la habitación. Ambas estamos de acuerdo, sin hablar, en que ése era el detalle que faltaba para completar su arreglo. Reparo en que sus manos, también están arregladas, como acostumbra a tenerlas. Se pone de pie lentamente y camina hasta el ropero de puertas con espejos. Abre las dos hojas y estudia la ropa que cuelga alineada. Tiene tanta ropa… Por fin se decide por una pollera recta de paño blanco, una camisa de seda azul eléctrico y un chaleco jaspeado que combina con el conjunto. Luego se sienta en la butaca, se pone las medias con gran cuidado y se calza con los zapatos de gamuza azul y detalles blancos. Ella dice que son cómodos como guantes y yo le creo porque su paso es ligero y seguro cuando anda por todos lados, con ellos. Toma el perfumero de cristal de marca costosa que alguien le regaló, y la diminuta nube que sale de su orificio desciende sobre ella, deliciosamente. Antes de salir, me mira buscando aprobación, mientras abre los brazos y gira sobre sí misma. Sabe que se aproxima el momento de partir y esta vez no elige cartera porque entiende que no va a ser necesaria. Me toma del brazo y su mirada me dice que está lista. Empezamos a descender la escalera. Los escalones crujen como nuevos y la baranda cálida espera su mano confiada. Una vez en la planta baja se suelta de mi brazo, abre la puerta de calle y la luz de un sol maravilloso la ilumina y hace brillar la trenza que reposa sobre su espalda menuda. Ya no se vuelve, camina segura y confiada. Levanta la barbilla y mira hacia el cielo sin nubes. Yo la miro hasta que su figura se hace pequeña y al girar sobre mis pasos, en el dintel de la puerta me espera el resto de la familia que me invita a entrar, porque está refrescando demasiado… Me siento en un sillón de la sala y la voz de mi hija me aparta de mis pensamientos para decirme con tono muy suave: -La abuela se fue feliz, mamá, quedate tranquila, ahora está bien, no te preocupes. Y luego de su beso, dejo que fluya mi llanto, y es como un gran alivio que siento en lo más profundo de mi alma, porque todavía percibo el aroma del perfume favorito de mi madre, y sé que la voy a extrañar cada día del resto de mi vida.